La Masonería ofrece al Profano, la
Libertad iniciática, aquella que se alcanza buscando la Verdad, cultivando la
Virtud, liberándose de las debilidades humanas y tendencias negativas del
hombre; construyendo buenos actos y
elevados pensamientos con la ayuda del simbolismo de la Regla y la Plomada, en
el Sendero del deber y progreso interior que nos atrae hacia el Oriente, fuente
tradicional de Luz en todas sus manifestaciones. Es principio y fin de la
Hermandad, unir a los hombres, por diferentes que sean, piensen y obren,
siempre que sean virtuosos. Las preguntas a un profano y sus respuestas, antes de ser candidato: cree en un Ser Supremo?, Esta de acuerdo con
la pena de muerte?, que opinión le merece la xenofobia?, buscan a un hombre de libre pensamiento y de
buenas costumbres, indicio de la escala
de valores que debe tener el futuro
iniciado, para que encaje tras su trabajo personal, en la construcción armónica
del templo espiritual de la superación interior y sabiduría.
XXIX.- Solo se aceptan nuevos
miembros por unanimidad de votos de los hermanos.
XXX.- El Candidato debe tener “capacidad” para comprender y practicar las
Enseñanzas de la Institución y no tener defecto físico, que le imposibilite
tomar parte en las ceremonias. Hará
su petición libre y espontáneamente con su firma; no puede ser admitido sino
después de la averiguación sobre su conducta y antecedentes, pasando por el
acto de la Iniciación.
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